5 de junio de 2020

¿Terapia presencial o terapia online?

Si algo nos está enseñando esta terrible pandemia es la importancia de utilizar todos los medios técnicos que actualmente tenemos a nuestra disposición para seguir en contacto. Y esto hace necesario que nuestra capacidad en el manejo de los distintos dispositivos y aplicaciones sea óptima. Se ha descubierto que no se tomó tan en serio, como se hubiera debido, que ser capaces de manejar un medio más, como es la informática a nivel usuario, fuera un requisito imprescindible dentro de las habilidades de cualquier profesional en cualquier campo.
Si la pandemia se hubiera dado a finales del siglo pasado (incluso a principios del presente) el mundo se hubiera paralizado del todo: sin internet, sin tantos medios informáticos (móviles que son ordenadores de mano, ordenadores, tablets, etc.) o a unos precios prohibitivos para casi toda la población y, lo peor, sin la posibilidad de realizar teletrabajo (ni por parte de las empresas ni de los trabajadores). Pero pese a ser en una buena época para poder seguir comunicados pese al aislamiento que se impone para contener el contagio del virus la realidad es que aún falta la agilidad que  tenemos ante, por ejemplo, una llamada de teléfono (para nosotros, tan normal ahora y tan incomprensible para mi abuela María, que nació en 1898 y falleció en 1976).
Expuesto todo lo anterior, y aunque ya estaba realizando terapia online (no sabes cuánto te agradezco Eduard que, hace años, desearas seguir realizando terapia conmigo y la distancia física obligara a que buscáramos formas de encontrarnos. Internet nos proporcionó el escenario ideal) desde hacía años y con personas que les era imposible personarse en mi consulta, oferté a las personas que acudían a mi consulta la posibilidad de realizar terapia online.
Muchos de ellos me dijeron que sí. Otros tardaron más, pero se animaron cuando vieron que el estado de alarma (y con él la imposibilidad de moverse libremente) se alargaba en el tiempo. 
Y pasados algo más de dos meses de estar realizando solo terapia online me pregunté si tenía ventajas o no frente a la terapia presencial. Y me lo planteé porque comencé a tener información de quien seguía su terapia haciéndola online, de cómo se sentían, de qué le gustaba, de qué había mejorado (información gratuita que aparecía a lo largo de la sesión). Así que también realicé una pequeña encuesta por Linkedin que, muy amablemente, fue respondida y comentada, para añadir más información.


Y viendo los comentarios (y comentarios de mis propios clientes) he ido desgranando afirmaciones.
Ventajas de la terapia online frente a la presencial.
- Cuando se tiene imposibilidad de acudir a consulta, está claro. Puede ser la distancia geográfica, la imposición (ahora con la pandemia), la imposibilidad física (alguna dolencia o enfermedad que limitan los movimientos), etc.
- Cuando acudir a consulta se hace complicado por no disponer de transporte eficaz (mala combinación, problemas de horarios de autobuses, mala comunicación de trenes de cercanía, etc.)
- Cuando acudir se transforma en pérdida de tiempo en el transporte (malos horarios, problemas en el aparcamiento, etc.).
- Permite una mejor organización del tiempo: se puede conectar desde casa, desde la oficina, incluso desde el coche (con este debidamente aparcado), haciendo un descanso en el trabajo (sea laboral o de casa).
- Se considera más ecológico porque no se utiliza ningún tipo de transporte con lo que ello supone de ahorro energético y de una menor contaminación.
- Se es más puntual por lo que no hay pérdida de tiempo.
- Para ciertas personas, disminuye la ansiedad de estar con el terapeuta: notan alivio. Podría ser porque están en su territorio (su casa) y no en el del terapeuta.
- Tal vez porque debido a la pandemia se ha dispuesto de más tiempo propio, me encuentro que me envían más tareas, trabajos que he pedido para sesión o incluso se hacen un guion para decirme todo lo que quieren aportar a terapia (esto rara vez y con pocas personas me ha ocurrido en las sesiones presenciales).
Ventajas de la terapia presencial frente a la online.
- Tener a la persona delante, con la que se está haciendo terapia, es un valor en sí mismo: la información deviene no solo de lo que dice, la conexión es mucho más intimista e informativa por lo que el vínculo terapeuta-cliente se establece más fácilmente. Esto no quiere decir que no se establezca un buen vínculo en la terapia online, solo se habla de la facilidad.
- Se percibe mejor cualquier cambio que pueda haber en la expresión por lo que terapeuta y cliente van a tener que saber que su comportamiento no verbal va a estar hablando entre ellos.
- El terapeuta tiene la posibilidad (aunque ahora con la pandemia, el miedo al contagio y las normas sanitarias, se hace imposible, de momento) de acercarse físicamente, acompañar físicamente y, si procede, llegar al contacto físico para aliviar o acompañar mejor el momento de emoción aguda que experimenta quien está realizando su sesión de terapia. Esto va a transmitir un mejor acompañamiento que estando frente a una pantalla y con sólo la voz y la imagen para acompañar.
- Se controla mejor quien está y participa en la sesión y quien no. Aunque siempre se recomienda, para hacer terapia online, buscar un sitio tranquilo y donde encuentre la privacidad que necesita, no siempre es fácil debido a la falta de espacio en los pisos y la situación de confinamiento (todos están en casa). Ponerse auriculares facilita el aislamiento, pero no así el que se pueda escuchar lo que quien realiza su sesión de terapia está comentando con su terapeuta.
- Disminuye la ansiedad al no tener que enfrentarse a la utilización de medios que le son poco (o nada) conocidos. Esto se ve sobre todo con la población de cierta edad (a menor edad menor es el problema para utilizar estos medios) y con aquellos que no han tenido que capacitarse para utilizar los medios electrónicos por los motivos que fueran.

Lo cierto es que desde que avancé que el 8 de junio comenzaba a recibir personas en mi consulta, un porcentaje elevado de mis clientes, han decidido volver a retomar la terapia acudiendo a consulta.

Esto que escribo no está cerrado y seguiré observando para seguir con las ventajas de ambos medios. Porque ambas situaciones tienen su parte ventajosa y su parte no tanto. No son excluyentes, más bien diría que son (o pueden llegar a ser) complementarios para algunos clientes o algunas situaciones. Tendré que seguir observando y reflexionando.